El símbolo de la cruz cristiana coincide con algunas de las creencias indígenas en las cuales ésta es “el madero sagrado” que representa el árbol de la vida, de las flores y de las frutas. Por ello, dentro de los rituales que se realizan en honor a la cruz, se manifiesta agradecimiento y se hacen peticiones relativas a la necesidad de lluvia para los campos; se rinde homenaje a la naturaleza y se da la bienvenida a la que se espera sea una época de buenas cosechas.
Los creyentes manifiestan alegría ante la cruz, como una manera simbólica de desclavarte a Cristo el dolor de su crucifixión. En las zonas urbanas, alejadas de la vocación agrícola, los velorios se han convertido en oportunidades para el encuentro entre familiares y amigos, y en formas de ratificación de las identidades regionales de origen.
miércoles, 24 de junio de 2009
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